Entrevista exclusiva a Salva Espín en la Heroes Comic Con Madrid 2018

Master Class de Salva Espín en Cehegín

Después de compartir con vosotros las entrevistas a Paco Díaz  y a Sara Pichelli que pudimos hacer durante la reciente Heroes Comic Con Madrid 2018, nos gustaría ahora que leyerais otra entrevista que teníamos muchas ganas de hacer.

Hablamos de la charla que mantuvimos con Salva Espín, dibujante español que en los últimos años se ha hecho famoso por llevar dibujando desde 2012 a uno de los personajes más queridos de Marvel Comics, Masacre (Deadpool).

Masacre no es un personaje de cómic convencional, e imagino que eso es algo que nota tanto el lector como el dibujante. ¿Qué es lo más característico y lo que más te gusta de dibujarlo?

Lo que más me gusta es que es un personaje con el que puedo, en cada cómic, trabajar tanto un estilo dramático como cartoon. Incluso hacer variaciones extremas, que se note cómo cambia de estilo dramático a cartoon. Como pasaba en Chicho Terremoto, que a veces era el cabezón normal y pequeño, y luego se ponía serio y era así como guapo. Pues ese tipo de transformación.

¿Con qué cómics te aficionaste a este mundillo?

Había habido otros antes, pero más de ojear. Como Dragon Ball, las Tortugas Ninja, los de He-Man y alguno de Marvel que llegaba al quiosco de mi pueblo. Pero con el que empecé a coleccionar fue con la primera miniserie de Deadpool, Persecución en Círculo.

Masacre es el personaje que más has dibujado en Marvel, pero, ¿qué otro personaje te gustaría dibujar?

Madre mía… Pues, me molaría hacer algo con el Pato Howard. Algo que también fuera salvaje, no de investigación. ¿Qué le puede pasar a un pato en un universo de humanos? Y encima un pato que, bueno, ahora no sé hasta qué punto ha dejado el tabaco, pero algún whisky y algún cubata seguro que sí se toma. Tienen que ser cosas súper locas. Y si no, ya haríamos que lo fuera. Eso en cuanto al Pato Howard. Pero, a parte de ese, a mí me gustan los personajes salvajes, por eso me gusta Lobezno. Me gusta más Deadpool, pero Lobezno me ha gustado dibujarlo. Lo que pasa es que es más dramático. Es un poco penumbras, el hombre, porque está siempre cabreado. Con sus cosas de canadiense bajito y sin depilar. Pero me molaría también. Aunque sobre todo me gustaría hacer algo así como Hulk, más de masa muscular. Incluso a lo mejor, si hay que hacer algo de malos, alguna miniserie de Juggernaut. También sería una seria loca, ya que es un personaje que siempre se ha juntado con gente también bastante estrambótica. Ha tenido algunas amistades que vamos…

Ahora que has nombrado el tema del tabaco, ¿hay algún caso en el que Marvel te haya censurado?

Bueno, no se puede llamar directamente censura. Yo, por ejemplo, como ilustrador y fan tengo claro a grandes rasgos cómo son las leyes de las cosas que se pueden o no dibujar. Pero hay ciertos cambios. A veces uno no sabe dónde está exactamente el límite. Por ejemplo, con los canalillos y las rajas del culo hay unas políticas que varían en centímetros según el mes casi. Hay veces que hemos tenido que retocar esas cosillas. Ahora mismo estoy preparando una Master Class sobre eso. Ojo, que estoy avisando. Para cuando tenga conferencias me estoy preparando un Power Point sobre estas cosas. Lo digo porque es un poco difícil de explicar sin las imágenes. Y tampoco me sé las referencias de memoria. La historia que más he comentado es la portada del número 1 de Lobezno: Primera Clase (Wolverine: First Class) con Kitty Pryde. Yo no sabía que la historia transcurría en el pasado, pensaba que era actual. Salía Lobezno arrinconado contra una pared y Kitty Pryde saliendo de ella.

Entonces hice a una Kitty Pryde adulta. Es decir, más desarrollada. Y encima salía hacia delante y solo se le veía medio cuerpo, con lo cual, imagínate… Era bastante obvio. Y luego me dijeron que esa Kitty Pryde estaba “demasiado desarrollada” para una joven de 14 años. Así que nada, se cambió. Se le hizo una reducción y un rejuvenecimiento.

¿Hay algún guionista con el que te guste trabajar especialmente o con el que quisieras?

Con todos he tenido buenas experiencias porque todos han sido muy profesionales. Por suerte, con todos he estado muy bien: Cullen Bunn, Gerry Duggan, Daniel Way… Ha sido muy profesional. Mandaba el boceto, me hacían el comentario de que estaba bien y que no había que hacer ningún cambio, y siempre ha sido cordial y bien. Quizás, por ejemplo, con quiénes me hubiera gustado trabajar más es con Paul Scheer y Nick Giovannetti, con los que hice un bi-anual de Deadpool. Ellos no se dedican demasiado a hacer cómics, porque son humoristas, y Paul Scheer trabaja sobre todo en películas. Pero me gustaría hacer alguna cosilla más con ellos, ya que el que hicimos era muy loco. Y también fue un honor trabajar con Dwayne McDuffie, que lamentablemente nos dejó en el 2011, y fue el creador de Control de Daños. Además, fue la única vez que, en estos más de diez años que llevo dedicándome a esto, trabajé con un guión estilo Marvel. Estilo Marvel Legendario, que es que te cuentan más o menos lo que pasa, lo dibujas, y luego ya le ponen los diálogos.

¿Nunca has pensado en cambiarte de bando y hacer algo para DC?

Estoy muy cómodo aquí, y mientras esté dibujando cosas divertidas como Deadpool estoy bien. La confianza que han tenido en mí y cómo me han tratado ha estado muy bien. Pero claro, yo de pequeño el héroe que más veía era Batman. En los carnavales me disfrazaba  de Batman. Por ejemplo, si tuviera que dibujar algo en DC me gustaría hacer algo más loco como Plastic-Man.

Sé que trabajas en alguna iniciativa dando charlas en colegios y me gustaría que nos contaras un poco más sobre esta labor.

Otra parte de mi tiempo profesional lo dedico a un proyecto que tengo de dar charlas en colegios e institutos, acercándome a los jóvenes en sus propios centros educativos para comentarles cómo es la realidad de esta industria y motivarles a la lectura, para que tengan en mente cómo es poder dedicarse a estas industrias culturales. Ahora en primaria no tienen asignatura de arte, de plástica, y creo que esto les ilusiona. Tampoco saben cómo es nuestro trabajo, solo ven el resultado y no saben cómo se ha hecho el propio dibujo. Entonces, ves cómo lo flipan. En ambientes escolares es algo lúdico, festivo y educativo. Pero cuando he ido a sitios más desfavorecidos en España o en sitios de Estados Unidos, o la India, donde fuimos a una casa de acogida, ves cómo hacer algo divertido con personajes que los niños conocen les da la vida.