Después de unas buenas trompadas gordas en el primer tomo, ha llegado la hora de ahondar un poco más en el trasfondo de la historia. En el tomo 100% Marvel. Los Vengadores: Arena 2 – Hagan Juego de Panini Comics, que recoge Avengers Arena Nº 7-13 USA, al fin vemos un poco las motivaciones de Arcade para haber organizado esta matanza adolescente.
Quitando el genial número con parte del pasado de un marginado Arcade, donde es vapuleado y humillado por villanos de poca monta, y que le llevó a organizar todo este percal (explicando de paso varios detalles como sus nuevos “poderes”), y quitando el número con la investigación de Hank Pym sobre la misteriosa desaparición de varios adolescentes superpoderosos de diversas academias de superhéroes a nivel mundial, todo el meollo de la cuestión se vuelve a centrar, como es de lógica, en la supervivencia de los jóvenes que se ven las caras en Mundo Asesino.
Ahora se acabaron las chiquitas, los débiles han muerto y los que quedan ya son tenidos en cuenta. Ya se han formado grupos, ya se conocen entre sí y ya están decididos a sobrevivir cueste lo que cueste. El guionista, Dennis Hopeless, continúa marcando una a una las personalidades de los múltiples protagonistas para dejar claras sus intenciones, motivaciones y, sobre todo, su parecer a la hora de tomar decisiones importantes. ¿Matar o no matar? He ahí la cuestión, si lo que quieres es que no te maten a ti primero.
De momento, parece que la mayoría opta por mantenerse unidos y a ver qué pasa, y todo iría bien si no fuese por una de las jóvenes a las que se le va un poco la olla. Y se le va entre comillas, porque ella misma se plantea si está actuando como una villana o no al buscar acabar con el resto de compañeros, cuando en realidad lo que está buscando es salir de ahí a través del único medio posible: la muerte ajena.
No diré cuántos personajes mueren en este número, para no desvelar demasiado, pero sí que muere gente. También vemos cambios de actitud, cambios de bando, cambios de personalidad (literal) e incluso cambios de poderes (mención especial para Nico). Nunca una lucha de egos hormonados ha sido más interesante, ¿para qué queremos un instituto o academia cuando tenemos todo un mundo en el que luchar a muerte?
El guión sigue siendo sólido, avanzando lento pero seguro, y sin dejar flecos. No así el apartado artístico, que sufre altibajos en función de quién esté al mando de los lápices. En este tomo nos podemos encontrar dibujos de Alessandro Vitti, Kev Walker , Riccardo Burchielli y Karl Moline, con trabajo bastante decente de los dos primeros, y algo menos de los dos segundos. Afortunadamente, aunque no valga la pena destacarlo, lo obra en general no decae a causa del dibujo, lo que hace que se mantenga en un punto medio que invita a seguir leyendo y disfrutando de esta sorprendente obra, tanto por su planteamiento como por su inesperada calidad.
Y el mes que viene, en septiembre, Panini Comics publicará la conclusión de la serie con el tercer tomo, algo que un servidor está deseando leer para ver cómo se las apañan todos estos supervivientes cuando se supone que solo puede quedar uno. ¿Apuestas?