[Crítica] Peacemaker 2×01

Crítica Peacemaker 2x01

Por fin se ha estrenado la segunda temporada de Peacemaker. Y vaya si todo ha cambiado desde que su primera temporada arribó en un DCEU enmarañado de narrativas que no tenían un tronco lo suficientemente enraizado como para soportar un universo coexistente, el cual intentaba a gritos replicar la formula Marvelita que consolidó al estudio padre de Iron Man como el líder de este concepto.

La temporada previa del cabeza de váter nos dejó con la miel en los labios, y es que la química que el quinteto protagonista desarrolló hacia su clímax fue exquisita. Las expectativas eran altas, y tras el estreno de Superman, estas se dispararon aún más con los tráileres terminando de encumbrar ese incontenible hype. Y es que no solo se trataba del héroe nexo entre dos universos (DCEU y DCU), sino que la trama que proponía parecía ser más ambiciosa no solo para el personaje, si no para el DCU en general.

Más allá de las evidentes conexiones con Superman, la tarea más desafiante de esta segunda temporada era mantener ese balance entre el humor ácido y el drama introspectivo que caracterizó a la primera temporada. Y es que en ello radicó el éxito de la temporada previa, brindándole al espectador un cóctel lleno de humor y drama hilados mediante una narrativa dinámica que refrescaba un panorama lleno de promesas y desorden que parecían ser la columna vertebral del fenecido DCEU.

¿Pero está esta nueva temporada realmente a la altura de su temporada previa? Pues eso toca descubrirlo en nuestra crítica al inicio de temporada de Peacemaker Temporada 2.

Un concepto más maduro

La primera temporada de Peacemaker no solo tuvo como imán narrativo a John Cena embriagando al espectador de chistes sobre sexo, sino que se tomó el tiempo de abordar el arco más íntimo y vulnerable de Christopher Smith. Y es que su ambigüedad moral en El Escuadrón Suicida se vio expuesta por el asesinato de Rick Flag en manos propias. Y es que era innegable que el eco que resonaba en la conciencia de este pintoresco héroe merecía su propio desarrollo en un producto que contra todo pronóstico resultó en un éxito rotundo. Y si bien es cierto los personajes secundarios que le acompañaban también tuvieron sus luchas internas, no compartieron el mismo nivel argumentativo dramático que el de su coprotagonista estrella.

Bajo ese contexto es que James Gunn ve en esta nueva temporada la oportunidad perfecta para dotar al cuarteto protagonista restante de arcos más enriquecidos. Y es que es lógico, ya que en la primera temporada estos personajes eran incorporaciones que aparentemente gozaban de una libertad sin restricciones reflejada en una vida tan aburrida como monótona, sirviendo más como el antídoto ante la evidente depresión de Chris. Y es que el clímax del final de la primera temporada de Peacemaker solo reconfirmó lo mencionado previamente: Adebayo, Harcourt, Economos y, bueno, Adrian (quien de los cuatro es el que menos afectado resultó), prefirieron sacrificar y dejar atrás esa vida llena de conformismos que disfrazaban una aparente estabilidad cotidiana para salir de su zona de confort junto a su disruptivo y caricaturesco amigo.

Y es ahí en donde la evolución de estos personajes disfraza la nueva aura que al menos a priori, notamos que gobernará esta nueva odisea: la madurez. No solo continuamos con la exploración del lado más roto del personaje interpretado por John Cena, sino que ahora los autodenominados 11th Street Kids son el lienzo perfecto en donde la frustración traza sin compasión el destino de sus vidas.

En adición, Gunn se arriesga a diversificar aún más la variedad de personajes, sin dejar de matizar a estas nuevas caras con la frustración que parece que caracterizará a esta nueva temporada. Frank Grillo como Rick Flag Sr. es la carta fuerte de esta nueva travesía, y es que, siendo honestos, la faceta del personaje que se nos mostró en Superman fue orientada hacía un terreno más político, lo que nos privó, convenientemente, de ser testigos del duelo del personaje por la muerte de su hijo.

Huevos de Pascua por aquí, huevos de Pascua por allá

Para nadie es un secreto que la primera temporada de Peacemaker avivó la vaga esperanza de que el corazón del viejo DCEU podría dar un último latido con un cameo de La Liga de La Justicia en todo su esplendor. Bueno, al menos la mayor parte de ella. Y es que la expectativa por lo que James Gunn haría para justificar el hecho de que la temporada previa sea canon, teniendo en cuenta este cameo, alimentaron las teorías más descabelladas. Gunn se encargó de desbaratar estas hipótesis con la lógica como mejor arma, y es que en un giro de guión que se burla y subestima al espectador, el director de Guardianes de la Galaxia replantea la escena final de la temporada 1 reemplazando la escena protagonizada por la Liga de la Justicia con la infame Banda de la Justicia.

Pero no todo queda ahí, ya que parece que James Gunn ha sacado la artillería pesada para minar el terreno virgen de este nuevo DCU, con toneladas de huevos de Pascua que le explotan en la cara al espectador y le recuerdan que la coexistencia narrativa será inminente en este nuevo universo. Aquellas referencias van desde menciones explícitas a los acontecimientos de Superman, hasta insinuaciones bastantes descaradas de personajes inéditos en el nuevo DCU, como aquella que menciona a villanos escapando de reclusorios icónicos en el lore de DC (Arkham y Belle Reeve) y que podrían hacer su debut en futuros proyectos de la nueva faceta de DC (Clayface) o volver más pronto de lo que pensamos, ¿verdad Lex?

También por supuesto tenemos referencias al lado más detectivesco del estudio con menciones a Gotham o Blüdhaven (la base de operaciones de Nightwing en los cómics), y hasta apariciones de villanos relacionados al cruzado de la capa como Conejo Blanco, una villana poco conocida en el pintoresco repertorio villanístico de Batman.

Es así como James Gunn deja claras sus intenciones de dotar a cada capítulo de huevos de Pascua que no solo fungirán de referencias divertidas hacia las viñetas de los comics de DC, sino que consolidarán y nutrirán, a largo plazo claro, la sensación del espectador de estar inmerso en una narrativa compartida.

¿Comienza realmente esta nueva temporada con el pie derecho?

Siéndoles honesto, este primer capítulo me dejó un sabor agridulce, ya que sentí un desbalance evidente entre los tonos que intenta converger Gunn en esta temporada. Y es que el drama que se propone este primer episodio se ve interrumpido constantemente por momentos de corte cómico, que obviamente es la esencia de la serie, pero que no termina de cuajar en esta narrativa predominada por un drama en el que se expone la frustración y el conflicto interno de cada personaje.

Un claro ejemplo de esa disonancia tonal es el giro final con la muerte del Pacificador alternativo y la visita del Chris del DCU al universo de este, que acentúa ese intento de construir un drama emocional, pero que choca con la ligereza de las escenas previas.

La famosa orgía en la sala de Chris, solo es la guinda del pastel, en una serie de decisiones que no permiten redondear el corte dramático del episodio. Abriendo un paréntesis, ¿recordáis el trío que tuvieron Chris, Vigilante y la mujer a la que Chris invadió el apartamento? En ese contexto, esta decisión se sentía coherente con la personalidad y dinámica de aquel episodio, en contraste con la escena de esta nueva temporada que se siente anticlimática en el contexto depresivo por el que el personaje interpretado por John Cena está atravesando.

Por lo demás, y cerrando ese paréntesis, debo resaltar que el resto de los apartados de la serie siguen intactos. El buen gusto de Gunn por la música, la dinámica entre los personajes y las referencias parecen augurar el mismo futuro exitoso para esta nueva temporada.