Scarlett Johansson formó parte del Universo Cinematográfico de Marvel durante más de una década. Su primera aparición fue en Iron Man 2 (2010) y la última en Viuda Negra (2021), y aunque disfrutó de todo el proceso, pertenecer a una franquicia como esa tiene una serie de pequeños inconvenientes que hacen la vida un poco más incómoda.
En una entrevista para la revista Interview, Johansson habló sobre algunas de las dificultades que conlleva protagonizar producciones tan destacadas. Y es que, aunque en algunas películas tenía un papel reducido, como en las de los Vengadores, el trabajo no le permitió la opción de hacer pequeños cambios en su vida y apariencia.
Algunas de las películas que hice para Marvel involucraron más a mi personaje que otras. Como en Capitán América: El Soldado del Invierno con Chris Evans, fuimos muy dinámicos. En algunas de las otras películas, el reparto era tan enorme y había tanta trama que desarrollar que empiezas a sentirte como si fueras un mecanismo para impulsarla.
Y si te comprometes a cinco meses y medio de eso, es como decir: ‘Vale. No puedo pintarme las uñas, no puedo cortarme el pelo’. Parecen problemas tontos, pero tu identidad está ligada a este trabajo durante mucho tiempo, y si no estás haciendo un trabajo atractivo como actor, a veces te sientes un poco reservado.
