Daisy Ridley volverá al universo de Star Wars para repetir su papel de Rey en una próxima película ambientada años después de la trilogía de secuelas y dirigida por Sharmeen Obaid-Chinoy.
En una entrevista para el podcast Happy Sad Confused, Ridley habló sobre cómo se siente al volver a un universo, pero no sin antes echar la vista atrás y recordar cómo Star Wars: El Ascenso de Skywalker dividió a los fans.
Aún me enfada. No quieres que la gente se sienta como que no has servido a eso de lo que son fans. Pero Los Últimos Jedi fue muy divisiva. Pareció como que todos respondían igual ante la primera. La segunda, súper divisiva. La última, súper divisiva. No ha cambiado cómo me siento por ello.
Uno de los puntos de discordia fue el beso entre Rey y Kylo Ren.
Sentí que todos pensamos que era ganado. Lo interesante nuevamente es la intencionalidad. Mi sensación en ese momento fue que era un adiós y lo sentí merecido. Se puede decir de un beso mil cosas, pero sentí que era un adiós. Toda esa escena fue emotiva y sentí que también me estaba despidiendo del trabajo.
Ridley también mencionó otro punto divisivo de la trama con respecto a los orígenes de Rey, que cambió de Los Últimos Jedi a El Ascenso de Skywalker. En la segunda película de la trilogía se dice que Rey es hija de “nadie”, mientras que en la última se revela que es nieta de Palpatine.
Bueno, J. J. Abrams fue quien dijo que ella no era de nadie, así que el mensaje no fue solo en Los Últimos Jedi. Lo interesante de la última, para mí, fue que puedes ser un héroe y no venir de ningún lado o puedes ser un héroe y venir literalmente de la peor persona del universo. No sois vuestros padres, no sois vuestros abuelos, no sois vuestro linaje y no sois las generaciones anteriores a vosotros.
Pero está más allá de mi nivel salarial. Yo digo las palabras, hago las cosas. Me encanta la versión de que puedes ser quien quieras ser, pero también me encanta la versión en la que puedes rectificar errores y no puedes evitar aquello en lo que naciste.
