[Crítica] Marvel Gold. Capitán América: Sueños Americanos

Marvel Gold. Capitán América: Sueños Americanos

Marvel Gold. Capitán América: Sueños Americanos

Tras terminar con la recopilación y publicación de una de las mejores etapas clásicas de Iron Man, poniendo punto y final con el tomo Marvel Gold. Iron Man: El Otro Lado de la Locura, Panini Comics se ha puesto manos a la obra para hacer lo mismo con otro Vengador, nada más y nada menos que el Capitán América.

En este Marvel Gold. Capitán América: Sueños Americanos se recopilan los cómics Captain America Nº 258-267 USA, que suponen el comienzo de la alabada etapa de J. M. DeMatteis y Mike Zeck al frente de la serie regular del Centinela de la Libertad, y que Panini nos traerá a lo largo de cinco tomos.

Aún así, este tomo comienza con tres números previos a esta etapa, situados justo entre lo último hecho por Roger Stern y John Byrne, y lo que vendría después de J. M. DeMatteis. Estos tres números, 258-260, están escritos a medias entre David Michelinie y Chris Claremont, y dan más una sensación de relleno que otra cosa, con pequeñas aventuras independientes y sin la mayor importancia para la mitología del personaje. Sin embargo, son claros ejemplos de guiones sólidos con historias capaces de llegar al lector con un solo número, moralina incluida. Es lo que tiene cuando cuentas con grandes nombres en el equipo creativo, que te la lían en una baldosa. Además, pese a la relativa poca importancia de estos números, sí cabe destacar algún que otro hecho relevante, como los eventos que covierten a Mike Farrell en un vigilante.

Lo de DeMatteis ya es harina de otro costal. Aquí recuperamos los arcos argumentales como tal, comenzando con una clásica historia de manipulación de la opinión pública que intenta dejar en evidencia al Capi, con varios vilanos como un nuevo Nómada o el Ameridroide, aunque con un entidad superior que mueve los hilos desde la oscuridad, en este caso Cráneo Rojo.

Captain America Nº 263

Dejando una historia de interludio por el medio, la del número 264, que nos cuenta una historia de una realidad alternativa creada por un grupo de telépatas de diferentes ideales y pensamientos, llegamos a un nuevo arco de dos números que destaca por ser en el que Spiderman descubre la identidad secreta del Capitán América, y en el que ambos colaboran junto a Nick Furia y S.H.I.E.L.D. para acabar con S.U.L.T.A.N. y su ejército de robots.

El último número del tomo, el número 267, es un número cargado de lecciones sobre las ideologías y los símbolos. Si el Capi es un símbolo del ideal norteamericano, en este cómic se presenta una contraposición en base a otros ideales y formas de ver las cosas, llegando incluso al extremo de la intolerancia y la violencia. Aquí cabría destacar la primera aparición de Larry Ekler en el papel del villano Every-Man, que en el futuro sería conocido como Zeitgeist.

Captain America Nº 267

Como buen cómic de principios de los 80 que se tercie, seguimos contando con una visión del mundo de los superhéroes un tanto simple, ñoña e inocente. Los héroes son buenazos, y el Capi más que ninguno, llegando a puntos que rozan la ingenuidad. Como ocurría con los tomos de Iron Man, no en vano son de la misma época, los guionistas abusan de las descripciones de todo lo que se hace en cada momento, dando detalles de cada movimiento y cada suceso, y de las voces en off, buscando un poco eso mismo.

En el dibujo ocurre un poco lo mismo. Aunque Mike Zeck era un buen dibujante de la época con un estilo que encajaba perfectamente con el personaje del Capitán América, su trabajo entra dentro de lo clásico de aquellos tiempos, tanto en formas como en estructura, algo que se ve potenciado por el colorismo alegre y jovial del que se impregnaba a las obras por aquel entonces.

Pese a que esta no es una obra magna, es fundamental para comprender el pasado de un personaje tan importante en el Universo Marvel como es el Capitán América. Se trata de una etapa relevante en su historia, y no acaba más que comenzar, por lo que todo fan debería empezar ya desde este punto para poder seguir todo desde el principio. Ahora bien, si el material clásico te da repelús, quizás deberías pensártelo un par de veces, puesto que en el caso del Capi los defectos de la época se ven ligeramente multiplicados.