[Artículo] SPIDER-MAN de Sam Raimi vs THE AMAZING SPIDER-MAN de Marc Webb (Parte II)

The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro

Ha llevado su tiempo cambiar las cerraduras de casa para frenar la ola de fanáticos que pedirá mi cabeza con antorchas y horcas una vez terminen de leer estas líneas. Para bien o para mal, aquel enfrentamiento que iniciamos en la primera parte de este artículo terminará hoy, y de buen seguro que muchos de vosotros necesitaréis canalizar la rabia hacia algo definido. Y yo sin usar un alias en twitter, seré idiota…

El Spiderman de Sam Raimi acude a este segundo asalto con la esperanza de que obviemos el cierre de su trilogía. Y The Amazing Spider-man (TAS) de Marc Webb se presenta en el cuadrilátero ansioso por sacudirse la sombra de su predecesora. ¿Lo conseguirá? Recordemos que por el momento ambas sagas suman 1 punto cada una. Raimi se embolsó la victoria con la galería de villanos (imposible batir al Duende Verde y a Octopus) y TAS hizo lo propio en lo que al universo arácnido respecta.

¡Tinc, tinc! ¡La campana anuncia el inicio del segundo round!

Carnaza prometí, y con carnaza vengo. Arrancamos fuerte este duelo comparando a la Gwen Stacy de TAS con la Mary Jane de Spiderman. Porque siempre dicen que un gran hombre tiene detrás a una gran mujer… ¡pues imagínate cómo tiene que ser la novia de un superhéroe! Además, este enfrentamiento es doblemente simbólico, porque ambas mujeres –los lectores de Spiderman de toda la vida me daréis la razón- han orbitado siempre alrededor de la vida de Peter Parker. Y aunque es de justos señalar que es la pelirroja la que forma parte de la iconografía popular de Spiderman, lo cierto es que el debate en torno a ambas siempre ha estado presente incluso en los propios cómics. No en vano, la noche antes de casarse con Mary Jane -¿he dicho casarse? ¡Ouch!-, Peter acudió al puente donde murió la rubita para pedir su bendición. Y eso sin olvidar que en Dinastía de M, la vida “idílica” de Peter era junto a Gwen…

Gwen Stacy y Peter ParkerAun así, Mary Jane siempre estará un peldaño por encima de Gwen, como lo demuestra el hecho de que muchos espectadores que recién visualizaron The Amazing Spider-man no sabían quién diantres era esa rubia de ojos grandes. Por tanto, parte con ventaja MJ, porque para bien o para mal su melena rojiza es asociada a Spiderman. Superman tiene a Lois, Lobezno a Jean (aunque esto es algo más complicado…) y Batman a Robin. Sí, claro, alguien puede venir y hacer una nueva cinta donde Clark Kent empieza a salir con Wonder Woman, y sería canon. Pero Lois siempre será Lois, y luchar contra ello es casi una batalla perdida. Y digo “casi” porque el trabajo realizado por Emma Stone con su Gwen Stacy es muy meritorio. Todos aquellos que vimos The Amazing Spider-man 2 contuvimos el aliento al verla caer de la torre del reloj, y su  muerte fue realmente sentida. Lograr que un personaje muera y no sigamos comiendo palomitas es algo complicado, y aquí el mérito es tanto de Marc Webb como de Emma Stone. Su Gwen es profunda, transmite cercanía y no sería difícil acabar enamorados de ella.

Kristen Dunst y su Mary Jane, por otra parte, nos regala algo de un valor incalculable: a la MJ de los cómics. Atractiva como pocas –especialmente en Spiderman, porque en Spiderman 2 el responsable de su vestuario era un chimpancé borracho-, Mary Jane se nos mostró como una niña caprichosa de familia desestructurada que termina por coger las riendas de su vida y madura hasta el punto de ver en Peter a su media naranja. La fidelidad de Mary Jane en la cinta al personaje clásico está realmente lograda, especialmente por los pequeños detalles. No me refiero a su profesión (modelo y actriz), sino a su comportamiento. Roba dinero a hurtadillas en el Moon Dance -el bar donde trabaja-, ella solita adivina la identidad de Spiderman y le atraen el riesgo y los chicos malos (le gusta Spiderman, sale con Flash y Harry). Recibe críticas destructivas en sus actuaciones y convive con ellas, y aunque al final Raimi termina por forzar siempre su papel de damisela en apuros, la verdad es que la evolución de Mary Jane desde el inicio de Spiderman hasta el final de Spiderman 2 la hacen merecedoras de llevarse el gato al agua.

Spiderman 2 – The Amazing Spiderman 1

¿Y qué hay de Spiderman? Puede sonar extraño separar a Spiderman de Peter, pero lo cierto es que a un nivel primario son dos personajes distintos que actúan de forma distinta. ¿Y vosotros, por quien os decantáis? ¿Por el Spiderman de Raimi o por el de Web? Filmar una película con Spiderman siempre es complicado. ¿Por qué? Por dos motivos:

-El primero es que Spiderman es un personaje cargado de sátiras, bromas y humor. Y esto en una viñeta queda bien porque la acción es estática; puedes verle saltando en su red y burlarse del corte de pelo a lo tazón de Otto Octavius y queda bien. Pero en el cine el tiempo transcurre de forma distinta, y eso complica mucho la cuestión. Ésta es la razón por la cual Sam Raimi optó por “serializar” a su Spiderman y aparcar las puyas. Marc Webb, en cambio, fue lo suficientemente listo para corregir este fatal error y dotó a su trepamuros de la chispa que le faltaba. Esto es particularmente evidente en The Amazing Spider-man 2.

-Y segundo, no hay que olvidar que Spiderman es el único superhéroe “de los grandes” que lleva una máscara de rostro completo. Ni Iron Man responde a esta regla, porque bien que tenemos primerísimos planos de Robert Downey Jr. en el interior de su Mark. Sé que puede parecer una tontería, pero un protagonista –especialmente un héroe- que aparece siempre con la cara cubierta es alguien con quien cuesta más de empatizar. No vemos sus expresiones faciales, sus ojos, su estado de ánimo. En los cómics muchos ilustradores han optado por agrandar o entrecerrar los ojos de la máscara, como una licencia que se toman en bien de la expresividad. Pero una vez más, en el cine eso no es posible. La máscara es la que es. Es debido a esto que la expresión corporal de Spidey debe exagerarse: necesita transmitir una información que en otras circunstancias los mismos ojos ya servirían para dicho propósito. Atentos si no a la reacción de Spiderman en The Amazing Spider-man 2 cuando ve aparecer a Gwen en el duelo final contra Electro. Se lleva las manos a la cabeza, se agacha, da vueltas. Exagerado, sí. Necesario, también.

Otra manera viable de solucionar este pequeño problema con la máscara era, precisamente, quitarle la máscara a Spiderman. Sam Raimi tiró más de este recurso con la bomba calabaza que estalla en los morros de Peter, y ya en Spiderman 2 directamente al arrojar el antifaz para salvar a todo un tren de pasajeros. Claro que esto no fue más que un parche, así que por los argumentos citados arriba –y no nos olvidemos de los lanzarredes…- este punto se lo lleva TAS de Marc Webb.

Spiderman 2 – The Amazing Spider-man 2

Vale, bien, el Spiderman de Webb es superior (bonito apodo), pero ¿lo es también su Peter Parker? A favor tiene su cerebro, algo que el Peter de Tobey Maguire no llegó a usar más que para arrancar un par de gruesos cables en Spiderman 2 (tremenda secuencia, por cierto). El Peter de Andrew Garfield se desenvuelve bien con las ciencias, la termodinámica y las leyes de corriente alterna y discontinua. ¿Pero es suficiente? Me temo que no. La capacidad como actor de Garfield está fuera de toda duda, pero no creo que el mundo esté preparado para ver a Peter Parker con monopatín. Y entiéndase el monopatín como el símbolo de la “molonidad”. Peter Parker no ha molado nunca. Nunca ha sido popular, ni seguro de sí mismo. Al contrario, es un pobre pringado del que la gente abusa. No veo la suerte Parker por ningún lado con Webb, y esto es algo que no puedo pasar por alto. Tobey Maguire es, al menos para mí, Peter Benjamin Parker. Porque tiene una mirada de perdedor, que eso es lo que hace grande a Peter. Esa es la gracia de que sea él y no Flash quien obtenga los poderes.
Andrew Garfield y Tobey Maguire
Atentos a la secuencia anterior a la picadura en Spiderman, donde Peter ve aparecer a Mary Jane. Ella le saluda, y él cree que el saludo va dirigido a él. Esa cara de Tobey, esa cara de pardillo, esa es la cara de Peter. Y esa es su suerte Parker, aquella que no le permite estar con Mary Jane porque la responsabilidad se lo impide (Webb, sabes tan bien como yo que Peter sería mucho más reacio a salir con Gwen tras la muerte del Capitán Stacy). La suerte Parker está siempre presente en las cintas de Raimi, llegando a su máxima expresión en el inicio de Spiderman 2, donde Peter no solo pierde su moto, sino que lo despiden de su trabajo de mierda por entregar tarde sus pizzas. Tremendo está Raimi en la escena del ascensor y el traje que aprieta “ahí abajo”.

Spiderman 3 – The Amazing Spiderman 2

Llegamos ya al último punto, aquel que puede engrandecer la victoria de la saga Spiderman o decantarse por el empate entre ambas versiones. Aquí ya no valen las medias tintas, así que… ¿quién está por encima, Sam Raimi y su visión algo caricaturesca de Spiderman, o Marc Webb y su cachondo Spidey? ¿Raimi o Webb?

Sam Raimi dirigió las dos primeras películas de Spiderman con un toque tan suyo y personal que un servidor aún hoy sigue gozando con el resultado. La tercera parte, un completo despropósito, ensució la gran labor previa, hecho que a buen seguro Marc Webb quiso aprovechar en su beneficio para coronarse como rey de la franquicia arácnida. Y motivos tiene TAS para serlo, porque especialmente su Spiderman veloz, plástico y bromista protagoniza muchas de las escenas más memorables de la franquicia. Desde el asalto al camión con que abre The Amazing Spider-man 2 hasta esa impecable secuencia a cámara lenta en Times Square donde Spiderman bloquea su lanzarredes para proyectar su telaraña en dos direcciones distintas, sin olvidarnos la mejor de todas: la muerte de Gwen.

La muerte de Gwen está magistralmente rodada. No hay que darle más vueltas. El simbolismo del reloj (se detiene cuando Gwen pende de un hilo, como si el propio reloj reflejara el deseo de Peter por parar el tiempo) y cómo éste retrocede al morir Gwen (Peter quiere volver hacia atrás, porque la ha cagado pero bien) es algo simplemente soberbio. El punto flojo de Webb es que todas sus virtudes aparecen solo en The Amazing Spider-man 2. Y además, no le beneficia el hecho de que el clímax de su mejor cinta (El poder de Electro) se convierta en un anticlímax con la innecesaria aparición “por arte de magia” del Duende.

¿Y Sam Raimi? Ya sabemos que Spiderman 3 fue un fiasco tremendo (aunque no de taquilla, porque fue la que más dinero recaudó), pero eso no empañará la brillante faena que realizó con las dos primeras películas del trepamuros. Para la historia quedarán J.J. Jameson, la genial secuencia del rescate del tren en Spiderman 2 (me quito el sombrero, Sam) o la conversación de Tía May y Peter acerca de la responsabilidad, también en la segunda parte de la trilogía.

Pero si tengo que elegir un momento, solo uno, me quedo con la elección que le obliga a tomar el Duende Verde: o los niños, o Mary Jane. Ambos caen, se ven reflejados en las lentes de la máscara. Y luego, esto:

Spider-Man (2002) - "Bridge Rescue" Scene (Recut)

Y es por esto, por la ÉPICA, que Sam Raimi se anota el tanto con el que gana el partido. Porque su Spiderman es heroico no, lo siguiente. Las escenas de a vida o muerte transmiten justamente eso, heroicidad. Éste es el héroe de mi infancia, aquel que pese a estar totalmente expuesto, no quiere soltar el maldito cable. Aquel que, además, se granjea el respeto de toda la ciudadanía deteniendo un tren a sabiendas de que luego le tocará pagar el pato. En definitiva, el Spiderman de Raimi es quién mejor ejemplifica el espíritu de sacrificio del que goza el héroe de cómic. Así que, sintiéndolo mucho:
Dr. Octopus en Spiderman 2
Spiderman 4 – The Amazing Spider-man 2

Antes de pasar a que os acordéis de mis ancestros, solo quiero decir que gracias por vuestro tiempo, y espero que hayáis disfrutado del artículo. Se ha escrito des del más inmenso cariño hacia el personaje y su obra.

Y no me puedo ir sin esas curiosidades, claro. ¡Sin más preámbulos, allá van!

-La tan criticada idea del skate en TAS fue pensada por el mismo Andrew Garfield. Él creía que le daría un aire más juvenil. Ay, Webb… debiste seguir tu primer instinto.

-Antes de que Sam Raimi se hiciera cargo de Spiderman, su director iba a ser nada menos que… ¡James Cameron! Verdad de la buena.

-Jooseph Gordon-Levitt (le conoceréis por interpretar a “Robin” en la última cinta del Caballero Oscuro) optó por el papel de Peter para The Amazing Spider-man. ¿Solo yo creo que un gran Peter hubiera podido ser Grant Gustin, el actor que interpreta a Barry Allen en The Flash?

-Tobey Maguire no fue precisamente la única opción que tenía Sony para hacer de Peter. ¿Sabéis quién más optó al papel? Leo DiCaprio (sí, en serio) y nada menos que Heath Ledger, el flamante Joker de Nolan!

-El propio DiCaprio es uno de los mejores amigos de Tobey.

-James Franco (Harry Osborn en la trilogía de Raimi) también audicionó para ser Peter. No cuajó, pero a los del casting les gustó el intento y lo ficharon para hacer de Harry.