[Artículo] David Aja. En el Ojo del Halcón

David Aja. En el Ojo del Halcón

Lecciones sobre cómo hay que dibujar un cómic a cargo de un dibujante español. Y van…

David Aja. En el Ojo del Halcón

Los que seguís más o menos este blog, me habréis leído varias veces quejándome de esa carencia a veces injustificada que tengo de guionistas que me hagan más feliz que el perro que al final se comió a Cesar Millán. También reconozco que dicha carencia es algo meramente personal, pues en la actualidad hay un grupo de grandes escritores que está haciendo las cosas muy bien y cuya labor me encanta. No hay que darle más vueltas, soy yo y la nostalgia, que me puede.

De igual forma, y así como este vacío de historias que me dejen con lagrimitas en el alma solo se ve atenuado en muy contadas ocasiones, si hablamos de dibujantes en lugar de guionistas, mi sensación es diferente. Casi opuesta. En la actualidad hay mucha gente que hace dibujos que me hacen llorar. De alegría. Mal pensados…

De entre los muchos artistas gráficos que me parecen sobresalientes, quiero destacar la labor que un nutrido grupo de dibujantes españoles está realizando estos últimos años, y en esta entrada incidir en el sensacional trabajo de uno de ellos en particular: el vallisoletano David Aja.

David Aja en Hawkeye

3 números. Poco más de 60 páginas. Eso es todo lo que este autor que ya apuntaba muy buenas maneras ha necesitado para que le ponga en zona alta de mi panteón particular, en ese lugar privilegiado en el que David Mazzuchelli contempla al resto rodeado de un aura de semidiós del arte. Lo que podría hacer el pucelano con un Frank Miller 20 años más joven, produce en mi ser erecciones y orgasmos culturales.

Así pues, los tres primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón dibujados por David Aja son un ejemplo de arte gráfico excepcional, de composición impecable, de narración dinámica y fresca. Un trazo en apariencia sencillo, simple, a veces de belleza casi esquemática. Un dibujo de realismo alejado de etapas no tan lejanas llenas de mallas con esteroides, unas viñetas de encuadres sublimes, superlativos. Un ejemplo de lo bien que saben las cosas cuando las aderezas con talento. La paleta de Matt Hollingsworth viste a Clint Barton de superhéroe sin ponerle mayas, usando una gama de negro, grises y morados que identifican al cómic y al protagonista desde el primer vistazo a la portada. Hasta Matt Fraction, un guionista que me ha ofrecido mas sinsabores que otra cosa y del que solo destaco trabajos cada vez más puntuales (jamás le perdonaré la bochornosa intervención de Iron Man en ese engendro llamado Fear Itself), parece poner aquí sus palabras a disposición del lápiz y la tinta de David, pasando desapercibido y redondeando un tebeo que te deja con una sonrisa en los labios.

David Aja en Hawkeye

Mención especial merece el tercer número de Hawkeye: una frenética persecución automovilística deudora de clásicos del subgénero como Bullit, Vanishing Point y The Italian Job. No en vano nuestro héroe a modo de Kowalski energizado y a bordo de un Dodge Challenger al uso, dispara contra una legión de Mini Morris hambrientos todo tipo de “gadgetoflechas”, entre las que sólo echamos a faltar la mítica flecha-guante de boxeo de nuestro venerado Green Arrow. El cómic, además de divertido y espectacular, es una lección magistral de narración por parte de Aja. Un cómic que puede leerse sin necesidad de acudir a los textos. Un cómic que se cuenta con las imágenes y no es una sucesión de bonitas estampas. Un cómic que es una película encerrada en los cuadros de las viñetas. Un cómic, por último, que justifica que sigamos a David Aja en cualquier cosa que emprenda, ya que nos encontramos ante uno de los mejores dibujantes de arte secuencial de los últimos tiempos. Sin ningún tipo de duda.

Creo que el maestro Eisner estaría de acuerdo conmigo.

Sigue a Javier Marquina en Twitter: @IronMonIsBack.

Fuente: La Isla de las Cabezas Cortadas.