[Crítica] SPIDERWOMAN: AGENTE DE S.W.O.R.D.

Por Chemari-Wan Kenobi.

Formato 100% Marvel.
Brian Michael Bendis y Alex Maleev.

A estas alturas, a nadie se le escapará que Spiderwoman es uno de los personajes preferidos de Bendis, el diseñador de mundos de Marvel. Este tomo reúne la serie limitada que prometía ser el lanzamiento de la serie regular del personaje. Se trata de una especie de piloto de la serie, pero que por motivos bochornosamente económicos, no llegó nunca a florecer.

La idea, fabulosa, era la de recuperar a Spiderwoman como espía y volver a ponerla a trabajar en las sombras, en esta ocasión detectando y deteniendo alienígenas ilegales en la Tierra. Algo así como un Men In Black, pero de lo más molón.

Desde el principio, Bendis hace lo posible por liberarse del peso de la continuidad y establecer al personaje fuera de las tramas principales de Marvel, pero los mandatos editoriales están ahí. Marvel obligó a Bendis y a Maleev a plantear el cómic como una serie de Motion Comics, animaciones para vender a través de iTunes, siendo la edición de los tebeos físicos sólo una consecuencia secundaria. Esto se tradujo en un trabajo extra especialmente complicado para Maleev, que tubo que presentar su renuncia al no poder rendir al nivel que exigía la editorial. Y el bueno de Bendis no quería trabajar en este título sin su hombre de confianza, así que el sueño acabó ahí, justo cuando la serie podía arrancar y convertirse en uno de los nuevos iconos de la editorial.

Otros imperativos editoriales se intuyen en las páginas, si bien son tropiezos menores que Bendis supo superar con soltura, como la inclusión de los Vengadores Oscuros, todo por la obsesión de la editorial de conectar todos los títulos con los eventos centrales de sus cabeceras estrella. Eso ocurre incluso cuando Bendis saca a Spiderwoman de Nueva York y se la lleva al rincón más alejado del mundo para que no se tropiece con ningún enmascarado cada dos por tres.

Dicho esto, Spiderwoman: Agente de S.W.O.R.D. es una de las mejores lecturas Marvel que he tenido en mucho tiempo. Bendis da lo mejor de sí, vuelve a escribir como en sus mejores números de Daredevil y nos presenta un escenario perfecto para una nueva serie, que ya la quisieran muchas, muchas series de TV o películas. Pero lo que sorprenderá al lector será el trabajo de Maleev, que da lo mejor de su arte para este tomo. Impresionante, bonito, potente. Sólo se le puede achacar una pega (y no es culpa del artista, sino de la editorial) y es que se nota que en algunos momentos la narración estaba pensada para una animación y no para una página, y Maleev se ve obligado, para mantener la coherencia narrativa, a repetir viñetas y encuadres. En cualquier caso: MAGISTRAL.

Como fan de Marvel, atesoraré este tomo para siempre, como una muestra tremenda de buen hacer marvelita y como un maravilloso “lo que pudo ser y no fue”. Por lo menos, pronto tendremos Scarlet, la nueva serie de este increible equipo creativo, apadrinado por Marvel, pero fuera de la continuidad superheróica.