[Crítica] X-MEN FOREVER Nº 1: ALLÁ DONDE LO DEJAMOS

Formato Héroes Marvel.
Chris Claremont, Jim Lee y Tom Grummett.

Tras dieciséis años comandando el barco mutante en Marvel, Claremont se despidió de la editorial con un gran bombazo: el lanzamiento de una nueva cabecera que prometía cambiar (de nuevo) la cara del universo X. Pero las restricciones de Marvel sobre su franquicia de oro fueron demasiado severas para al Capitán Claremont, que se vio obligado a abandonar el barco. Pero antes dejó tres números para recordar, en los que, acompañado de un Jim Lee recién incorporado al firmamento de las estrellas del cómic, la Patrulla X se enfrenta de nuevo a Magneto. Estos tres números introducían nuevas variantes respecto a cómo encajaban los mutantes dentro del universo Marvel, pero algunas de estas ideas que Claremont quería presentar fueron demasiado arriesgadas para la Marvel de la época (las de las portadas múltiples, los muñequitos y la explosión pre-Image que llevó a la industria a la bancarrota).

Casi veinte años después, Marvel ha cambiado de modelo editorial y le ha ofrecido a Claremont la oportunidad de contar lo que se dejó en el tintero, sin restricciones y siguiendo justo donde lo dejó. No sólo es un ejercicio de morbo increíble, también es una curiosidad argumental. Así, este tomo recopila el primer arco argumentar de la nueva serie (fuera de la continuidad Marvel actual), que agrupa los tres primeros números de X-Men de 1991 (terrible la reproducción de estos cómics en la edición de Panini), el especial de presentación de X-Men Forever, y los cinco primeros números de la serie.
El resultado no podía ser más clásico. De repente estás leyendo un cómic de mutantes de hace veinte años, con todos esos elementos que gustaban entonces y que siguen funcionando ahora. Es posible que la historia peque por momentos de ser algo ingenua, y que se haga raro ver a los mutantes con esos uniformes, pero… ¡Hemos retrocedido en el tiempo, Marty!.
He disfrutado leyendo estos cómics. Me he divertido y he recordado cuando los X-Men tenían problemas, pero la misión de turno era el eje de la historia. Es estupendo leer aventuras nuevas, aventuras mutantes en las que el único tema no es “somos los parias del mundo” (y en las que Cíclope no anda haciéndose el tipo duro). Por si fuera poco, Kitty Pryde vuelve a estar en el grupo, con Lobezno, y Rondador, y Gámbito.
Tal vez el encanto añejo de este cómic eche para atrás a lectores más jóvenes (no sólo la estética es retro, con esos uniformes llenos de colorines, están los pendientes en forma de rayo de Tormenta… El dibujo de Grummett no podía ser más clásico), pero si le dan una oportunidad, entenderán por qué los mutantes son lo que son ahora y por qué tienen tantos seguidores fieles desde hace décadas. A los lectores veteranos les recordará por qué siguen siendo lectores.