POR QUÉ SE DECIDIÓ RODAR EL CAPITÁN AMÉRICA EN LONDRES

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Sí, rodar la película del Capitán América en Londres suena un poco irónico, pero para Marvel Studios tiene sentido. El diario Los Angeles Times ha publicado más detalles sobre por qué el estudio tomó esa decisión.

La próxima película de Marvel Studios iba a ser originalmente filmada en Los Ángeles. En lugar de eso, El Capitán América: El Primer Vengador, protagonizada por Chris Evans, Samuel L. Jackson y Hugo Weaving, se rodará este julio en Londres, donde está ambientada parte de la historia.

Pero el estudio, que fue adquirido por Walt Disney Co. el año pasado, llegó a la conclusión de que Londres era la mejor localización para el Capitán América, en gran parte porque la historia está ambientada en Europa y contará con un buen número de escenas en partes de Londres como Piccadilly Circus, y también por las subvenciones.

Aunque Marvel podría haber rodado los interiores en L.A. y los exteriores en Londres, no era económicamente factible dividir la producción entre dos localizaciones, debido a que la mayor parte del rodaje era en Europa, según el co-presidente de Marvel Studios Loius D’Esposito, que supervisa la producción física.

D’Esposito, que fue recientemente reconocido por el Ayuntamiento de la Ciudad de Los Angeles por sus esfuerzos en mantener la producción en Hollywood, dijo que había considerado fuertemente a L.A.

‘Actualmente tengo exploradores de localizaciones aquí para ver que se podría hacer. Pero habría requerido demasiado trabajo de efectos visuales y construcciones, no tenía sentido’.

D’Esposito reconoció que las subvenciones a películas en Gran Bretana, que ofrecen un crédito de entre un 20% y un 25% de los gastos, fue otro factor. Marvel no podría recibir una ayuda del programa de California debido al presupuesto de la película, que se mueve en el rango de los 140 millones de dólares, por lo que no hubo elección, según ha dicho D’Esposito, que intentó presionar al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, para que promulgara una nueva ley que ofreciese ayudas a películas con un coste superior a los 75 millones de dólares actuales.